FERNANDO
III Y ALFONSO X
Fernando III de Castilla, nació el 24
de junio de 1201 y murió el 30 de mayo de 1252, llamado el Santo, rey de
Castilla. Hijo de Berenguela, reina de Castilla, y de Alfonso IX, rey de León.
Durante su reinado se unificaron definitivamente las coronas de Castilla y
León, que habían permanecido divididas desde la época de Alfonso VII el
Emperador, quien a su muerte las repartió entre sus hijos, los infantes Sancho
y Fernando.
Alfonso X de Castilla, llamado el
Sabio (Toledo, 23 de noviembre de 1221 – Sevilla, 4 de abril de 1284), fue rey
de Castilla.
A la muerte de su padre, Fernando III
el Santo, reanudó la ofensiva contra los musulmanes, y ocupó Jerez (1253),
arrasó el puerto de Rabat, Salé (1260) y conquistó Cádiz (c. 1262). En 1264
tuvo que hacer frente a una importante revuelta de los mudéjares de Murcia y el
valle del Guadalquivir. Como hijo de Beatriz de Suabia, aspiró al trono del
Sacro Imperio Romano Germánico, proyecto al que dedicó más de la mitad de su
reinado sin obtener éxito alguno. Los últimos años de su reinado fueron
especialmente sombríos, debido al conflicto sucesorio provocado por la muerte
prematura de su primogénito, Fernando de la Cerda, y la minoridad de sus hijos,
lo que desembocó en la rebelión abierta del infante Sancho y gran parte de la
nobleza y las ciudades del reino. Alfonso murió en Sevilla durante el
transcurso de esta revuelta, no sin antes haber desheredado a su hijo Sancho.
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